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26 abril 2007

Liberdade Contábil

La SEC proclama la libertad contable
Juan Llobell - 26/04/2007
Expansión

El órgano regulador propone que tanto las firmas foráneas, como las estadounidenses, puedan aplicar las normas internacionales.

La Comisión de Valores de Estados Unidos (SEC) parece decidida a hacer la vida más fácil a las empresas extranjeras que cotizan en Estados Unidos. O, lo que es lo mismo, quiere impedir que muchas de ellas plieguen -o piensen en plegar- velas. El órgano regulador bursátil dijo ayer que propondrá que las compañías internacionales puedan presentar sus estados financieros con las reglas de contabilidad internacional -conocidas como Ifrs o Niif-. Es decir, las firmas podrían ahorrarse el costoso y enrevesado proceso de verter la información financiera a las normas contables norteamericanas -denominadas Gaap-. Los europeos han solicitado insistentemente el fin de esta dualidad metodológica y 2009 es la fecha límite para eliminarla. Paralelamente, la SEC también sopesará la posibilidad de que las empresas estadounidenses puedan aplicar las reglas de contabilidad internacionales. De este modo, muchas multinacionales de la primera economía mundial podrían servirse de unos parámetros globales que utilizarían sus filiales regionales y que facilitarían las comparaciones más homogéneas.

La medida, curiosamente, se produce semanas después de que el órgano regulador anunciase que suavizará las reglas que impiden a las empresas foráneas retirarse del país si lo consideran oportuno. Ayer, British Airways dijo que dejará de cotizar en los mercados de capitales estadounidenses, aduciendo -como el resto de firmas que pretenden abandonar la superpotencia- la pesada losa de los costes. En la actualidad, las autoridades políticas y empresariales de Estados Unidos están tomando conciencia de la pérdida de competitividad del país por el asfixiante y oneroso corsé jurídico de la Ley Sarbanes-Oxley, aprobada en 2002 para poner coto a los escándalos de la era postEnron.

Pros y contras

A partir del verano, el órgano capitaneado por Christopher Cox solicitará opiniones para sopesar los pros y los contras de la propuesta y estudiar cuándo convendría que entrase en vigor. De eliminarse la regla de la armonización obligatoria, la contabilidad norteamericana -que está quedando al margen del proceso de convergencia mundial- podría encaminarse a su desaparición. En todo caso, Cox dice que eliminará "la obligación de homologación" en 2009, como está previsto en la hoja de ruta de la SEC esbozada en 2005, que busca la reciprocidad en el reconocimiento de la información financiera entre norteamericanos y europeos.

Las normas internacionales de contabilidad son obligatorias para los grupos cotizados en la Unión Europea desde 2005. El año 2009, sin embargo, queda demasiado lejos, sobre todo en un momento en el que Nueva York está perdiendo atractivo, en favor de otras plazas financieras como Londres o Hong Kong, menos costosas y mucho más profundas que en el pasado. El fin de la dualidad contable podría espolear las inversiones transatlánticas y devolver parte de la competitividad perdida a EEUU.

Recientemente, la SEC ha decidido que bastará con que menos de un 5% del volumen de negociación mundial se haga en territorio americano para que sea posible dejar de cotizar. Algunas compañías ya han anunciado su salida, entre ellas, Adecco y SGL. Hasta un 60% de las empresas europeas, entre ellas la escasa representación española, cumplen el nuevo requisito. No se espera, sin embargo, una huida masiva del tercio de 1.200 entidades foráneas registradas que cumplen con el criterio del 5%.

Los extranjeros se quejan del prohibitivo coste de cotizar en los parqués americanos, tras la irrupción de la polémica ley Sarbanes-Oxley. La norma, que buscaba frenar la histeria inversora tras los escándalos Enron y WorldCom, tiene en la sección 404 su punto más criticado. Ésta exige la evaluación del control interno financiero, que tiene que ser valorado, documentado y certificado por la dirección de la sociedad y auditado por el auditor de cuentas. El año pasado, las empresas norteamericanas gastaron cerca de 6.000 millones de dólares (4.417 millones de euros) en el cumplimiento de la Ley Sarbanes-Oxley. SGL, por ejemplo, dice que la aventura legal de cotizar le ha costado un desembolso adicional de 3 millones de euros.

La convergencia entre las normas del Consejo de Normas Internacionales de Contabilidad (Iasb) y las reglas norteamericanas es un proceso necesario para asegurar una mayor eficiencia económica y no confundir a los inversores, según los expertos. El resto de países industrializados y muchos en desarrollo -como Brasil, China o India- también han sabido ver las bondades de los estándares internacionales que ofrecen una mayor flexibilidad que los norteamericanos, al poner el acento en los principios generales y no en los detalles más minuciosos.

La SEC proclama la libertad contable (4233279) | Página p14


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